Efectividad en el ministerio cristiano
Por Abdiel Morfa
La
palabra efectividad asociada al ministerio
cristiano, pudiera parecer extraño para algunos. Es posible que esto se deba al
hecho de que identifican este término con algo puramente empresarial, con
objetivos lucrativos y ajeno al reino de Dios.
Para
comenzar a clarificar este asunto, cabe preguntarnos: ¿Qué significa efectividad? ¿Puede este término formar
parte de nuestra labor ministerial?Muchos autores coinciden al plantear que la
efectividad es la suma de la eficiencia más la eficacia. El autor Richard
L. Daft, en su libro “Teoría y Diseño
Organizacional”, define lo siguiente: “Eficiencia se refiere a la cantidad de
recursos utilizados para alcanzar las metas de la organización. Se basa en la
cantidad de materias primas, dinero y empleados necesarios para lograr
determinado nivel de producción. Eficacia es un término más amplio, que
significa el grado al que una organización alcanza sus metas.”[1]
La
realidad es que la efectividad debe estar presente en las organizaciones en
todas las esferas y niveles, lo cual incluye a los diferentes ministerios en la
iglesia de Cristo. Es decir, toda organización necesita usar apropiadamente sus
recursos para alcanzar sus objetivos. Lo que marca la diferencia entre el
contexto secular y el cristiano en cuanto a la efectividad, es la naturaleza
del trabajo que se realiza, los objetivos que se persiguen y los resultados que
se esperan obtener.
Siendo
honestos, los cristianos tenemos muchos más motivos para esforzarnos en mejorar
la efectividad en todo aquello que hacemos en el ministerio.Varios pasajes
bíblicos giran alrededor de este asunto, aún sin mencionar el termino
efectividad. El apóstol Pablo aconsejando a los creyentes de Éfeso, les dijo:“Mirad, pues, con diligencia como andéis, no
como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son
malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad
del Señor” (Ef.5:15-17). Este
texto es un llamado a enfocar la atención, y los esfuerzos, en cumplir los
propósitos de Dios para la vida de estos creyentes, y no desperdiciar el tiempo
en asuntos que no tributan a tales designios. En otras palabras, una exhortación
a ser efectivos en el cumplimiento de la voluntad de Dios para la vida
cristiana y el ministerio al que nos ha llamado.
El
apóstol Pablo anhelaba fervientemente ser eficaz. Recordamos cuando expresó:
“De ninguna cosa hago caso, ni estimo mi
vida preciosa para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el
ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la
gracia de Dios” (Hch.20:24).
Además, exclamó: “yo mismo no pretendo
haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda
atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil.3:13-14).
Timoteo
también recibió exhortaciones del apóstol Pablo en esta dirección:
“Entre
tanto que voy, ocúpate de la lectura, la exhortación y la enseñanza… Ocúpate en
estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a
todos” (1Ti.4:13y15).
“Procura con diligencia presentarte a
Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra
de verdad”(2Ti.2:15).
Por
otra parte, el estudio de la Palabra de Dios sobre el ministerio cristiano, y
la experiencia cotidiana de muchos siervos del Señor, apuntan a que la
efectividad en el ministerio cristiano se debe a muchos factores distribuidos entre tres grandes esferas humanas: El
conocimiento, el carácter y las habilidades ministeriales.
La efectividad en el ministerio cristiano se debe a factores vinculados con el carácter como la dependencia de Dios, la integridad moral, el liderazgo de siervo, entre otros. En cuanto al conocimiento se destacan la superación personal constante y el mantenerse en la sana doctrina bíblica. También influyen factores relacionados con las habilidades ministeriales como la buena administración personal y organizacional, el trabajo en equipo, la buena comunicación al exponer la Palabra y la buena consejería bíblica.
El
propósito de nuestro blog es precisamente ayudar a los siervos de Cristo,
independientemente a su perfil ministerial dentro de la iglesia, a lograr una
mayor efectividad en el ministerio que realizan para la gloria de Dios. Es
nuestro anhelo cumplir este propósito haciendo un recorrido por los factores
que influyen en tal sentido dentro de las tres grandes esferas mencionadas.
Que Dios en su inmensa misericordia nos
ayude a cumplir con mayor efectividad cada día el ministerio que realizamos
para Su gloria.
Nos gustaría que nos dejara un comentario para continuar mejorando juntos la efectividad ministerial.
[1] Richard L. Daft. Teoría y Diseño
Organizacional (México, D.F: Cengage Learning Editores, S.A. de C.V.,
2011): 20.
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