El pastor guiando cambios necesarios en la iglesia




Por Abdiel Morfa.


Inevitablemente, nos guste o no, estaremos en más de una ocasión en nuestro ministerio pastoral frente a la imperiosa necesidad de efectuar cambios. Estos pueden ser direccionales, estructurales, metodológicos, normativos, entre otros. En tal sentido, es común que las nuevas propuestas choquen contra un muro de tradiciones fuertemente arraigadas. Esto implica que debemos ser extremadamente cuidadosos, pues un mal manejo del cambio puede causar serios problemas e incluso costarnos la permanencia en el pastorado de esa iglesia. Por todo lo anterior, les comparto 6 consejos que pueden contribuir a un exitoso proceso de cambio:


Valore detenidamente el cambio que pretende realizar antes de convertirlo en una propuesta a la iglesia

 Algunas preguntas que nos permiten realizar un análisis objetivo son: ¿Es realmente necesario el cambio que pretendemos realizar? ¿El cambio traerá algo mejor que lo que tenemos ahora? ¿El cambio responde a una necesidad real o está motivado por gustos personales de alguien? ¿El cambio no contradice ninguna enseñanza de la Palabra de Dios? ¿El cambio nos acerca más a las enseñanzas bíblicas? ¿El cambio tributa a un mejor cumplimiento de nuestra misión.


Dirija un intensivo de oración para buscar la dirección del Señor en relación a la necesidad del cambio

Comprometa al equipo de líderes a sumergirse en esta campaña de oración y conduzca a toda la congregación a participar de la misma. Busque la dirección del Señor para estar seguro que es el momento oportuno para el cambio. Muchas buenas propuestas en las iglesias e instituciones cristianas no fueron aprobados en el momento de presentarse, pero llegando el tiempo oportuno fueron recibidas con los brazos abiertos por todos.


Imparta estudios bíblicos relacionados con el asunto en cuestión

Una serie de estudios bíblicos a los líderes, en los grupos pequeños o a toda congregación, contribuyen a preparar la mente y el corazón de los hermanos para asimilar el cambio que tenemos por delante. Esta buena práctica no sólo establece una base bíblica para respaldar cualquier cambio necesario, sino que también permite que la asimilación del mismo ocurra en un proceso. Además es una magnífica oportunidad para aclarar todas las dudas y despejar todos los temores.


Comparta la idea del posible cambio de manera personal con cada uno de los líderes de la iglesia

Es saludable compartir la idea del cambio con los líderes en conversaciones informales y en un ambiente amistoso. En dicha plática debemos ser humildes, transparentes y sinceros, así como pedir la opinión al respecto de cada uno. La buena actitud asumida en estos intercambios incluye no manipular, forzar o amenazar a nuestros colegas ante criterios diferentes a los nuestros. La realidad es que estos diálogos cumplen varios propósitos como preparar al liderazgo para asimilar el cambio, enriquecer la idea con el criterio de todos y para conocer en qué medida se está de acuerdo en seguir adelante con el mismo. 


 Presente el cambio como un refinamiento o ajuste de lo que ya existe, en lugar de algo completamente nuevo que desechará todo lo que se ha hecho hasta el momento

Siempre que usted valore el esfuerzo de quienes le han antecedido, tendrá más posibilidades de proponer cambios hacia el futuro. Las congregaciones tienden a respaldar más los cambios que están conectados con lo que se viene realizando, que aquellos que representan un giro 180 grados. Los cambios radicales despiertan temor a lo desconocido y tienden a provocar heridas en los hermanos que se han esforzado en conseguir lo que se ha logrado.


 Entienda que es una tendencia común que las personas se resistan a los cambios

Es importante prepararse espiritual, emocional e intelectualmente para la resistencia a los cambios. En la actualidad existe bibliografía que podemos estudiar sobre el tema de los cambios que incluye la resistencia a estos. Además, debemos comprender que oponerse a nuestra idea no significa falta de apoyo y aprecio a nuestra persona. O sea, no tome las ideas contrarias como un ataque personal. Haga todo lo posible por mantener las buenas relaciones con todos.


Que el Señor nos ayude a efectuar los cambios necesarios en la iglesia con la sabiduría que viene de Él.


Nos gustaría que nos dejara un comentario para continuar mejorando juntos la efectividad ministerial.

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