La capacitación del siervo de Dios






Por Abdiel Morfa

En la actualidad existe una creciente tendencia a la superación intelectual. Escuelas, cursos, graduados y profesionales abundan como nunca antes. Esta particularidad presente ha influido al liderazgo cristiano para capacitarse en mayor medida que épocas anteriores.

Lamentablemente no todos están claros de cuál es el propósito por el cual debemos hacer tal esfuerzo. Algunos matriculan en un seminario para alcanzar un título, más créditos académicos, crecer en el conocimiento o mejorar su estatus[1]. Estas cosas son propias del contexto docente o vienen como derivación del  proceso educacional. Sin embargo, no debieran ser nunca la motivación ni el propósito de la capacitación en el ámbito cristiano. Contrario a esta tendencia, otros quieren ejercer el ministerio sin realizar esfuerzo alguno para su capacitación.

Ahora bien, aunque es cierto que debemos valorar aspectos vitales como el llamado de Dios y el servicio amoroso a los demás, también es sumamente importante la capacitación bíblico-teológica de los siervos del Señor. Esforzarse en esta dirección es honrar a Dios que nos ha llamado a servirle con todo nuestro ser.

El consejo del apóstol Pablo a Timoteo expresa: “Ocúpate[2]en la lectura, la exhortación[3] y la enseñanza” (1Ti.4:13)[4]Cabe preguntar: ¿Quién puede hacer estas cosas con efectividad sin estar capacitado? En pasajes como este, especialmente en las cartas pastorales, podemos corroborar que Dios quiere que sus siervos se capaciten para ejercer un ministerio efectivo.

Una pregunta clave que debemos respondernos es: ¿Qué significa un ministerio efectivo para el cual debemos estar capacitados?:

1.   Un ministerio efectivo significa hablar lo que Dios quiere que hablemos


El apóstol Pablo clasifica el hablar dentro del contexto del ministerio cristiano sin conformarse a las sanas palabras de Cristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, como “estar envanecido[5], no saber nada, delirar[6](1Ti.6:3-4). También podemos apreciar en 2 Timoteo 2:6,23 que la falta de preparación nos puede conducir a caer en vanas palabrerías, trivialidades, superficialidades, necedades e insensateces. Estas por supuesto, traerán lamentables consecuencias.


2.  Un ministerio efectivo significa hacer lo que Dios quiere que hagamos


Es interesante como Pablo exhorta a Timoteo a permanecer en lo que había aprendido y de lo que se había convencido plenamente a través de las Escrituras (2Ti.3:14-17). Es imposible que Timoteo pudiera permanecer y actuar conforme a las Escrituras, si antes no las hubiera aprendido al punto de convencerse. En otras palabras, si antes no hubiera sido capacitado. El pasaje dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para…”  y continúa presentando una lista de acciones que tienen que ver con hacer, practicar o ejercer el ministerio, para lo cual se requiere estar capacitado. Enseñar, redargüir[7], corregir[8], instruir en justicia[9]. Y concluye: “A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Por cierto, este pasaje nos recuerda que toda capacitación para un ministerio efectivo debe tener como eje central la Palabra de Dios.


3.  Un ministerio efectivo significa defender lo que Dios quiere que defendamos


Algunos creen que la Biblia por ser Palabra de Dios no necesita que la defendamos, sin embargo Dios mismo insiste en que lo hagamos (1P.3:15; 1Ti.1:3-4; 2Ti.2:25, Ju.3). El texto de primera de Pedro dice: “estad siempre preparados”. Esto implica preparación espiritual y bíblica. “Para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo aquel que demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. Es bueno destacar que para Dios es tan importante la defensa de la sana doctrina (su contenido), como la actitud que asumamos. Para ambas cosas se requiere capacitación.También defender involucra ayudar a aquellos que están siendo atacados por “lobos rapaces”, algunos de los cuales como ovejas indefensas necesitarán la ayuda oportuna del pastor para no ser devoradas.


4.  Un ministerio efectivo significa multiplicar lo que Dios quiere que multipliquemos


Los textos de 2 Timoteo 2:1-2 y Efesios 4:11-16 nos muestran que somos capacitados para capacitar a otros que estarán también realizando la obra del ministerio. Esta acción se conoce comúnmente como multiplicación. Todos los cristianos que sirven al Señor no estudiarán formalmente en un seminario, pero los que lo hagan  deben contribuir con la capacitación de quienes sirven en la iglesia local.


Conclusión:

El autor Santiago Crane escribió: “No hay lugar para la ignorancia en el ministerio cristiano, el apóstol Pablo afirma claramente que los hombres llamados por Dios a proclamar las inescrutables riquezas de Cristo, tienen que ser hombres preparados…”[10].

Para ejercer un ministerio efectivo Dios quiere que sus siervos se capaciten.

(1Ti.4:15-16 y 2Ti.2:15)

Nos gustaría que nos dejara un comentario para continuar mejorando juntos la efectividad ministerial.




[1] Nos referimos a alcanzar una mejor posición dentro de la sociedad o una organización específica. Esta lleva implícito ciertos beneficios, entre los cuales se destaca el amparo legal y/o un mejor empleo.
[2]“Practica, cultiva, tómate la molestia y el tiempo para” (todos los significados de palabras al pie de página corresponden a los términos en el original griego).
[3] “Consuelo, aliento, consejo pastoral, predicación y explicación pública de las Escrituras”.
[4] Todos los textos bíblicos son tomados de la Reina-Valera 1960.
[5]“Hablar vanidades totalmente desubicado”.
[6]“Estar enfermo y enfermando a los demás. También desviar a otros de la verdad”.
[7] “Refutar y convencer sobre lo que está mal en la vida de cada persona”.
[8]“Rectificar el rumbo, enderezar el camino, levantar y restaurar al caído”.
[9]Instruir aquí es criar o formar y Justicia  es disciplina".
[10] Santiago Crane, Timoteo y Tito: Obreros Aprobados (El Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones, 1989): 52.

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