Origen y necesidad del Ministerio Juvenil Auténtico
Por Abdiel Morfa
¿Qué es un Ministerio Juvenil Auténtico?
Al referirme a un ministerio juvenil auténtico no estoy presentando una nueva filosofía ministerial, ni hablando de la metodología que algún experto en el área desarrolló, sino simplemente de realizar un trabajo pastoral responsable enfocado en alcanzar objetivos espirituales bíblicos, que lleven a los adolescentes a crecer saludablemente hacia la madurez espiritual. Esto independientemente a cualquiera sea la filosofía, metodología y/o programas que se empleen para lograrlo, según las características del contexto en que se desarrolle el ministerio. En otras palabras, el ministerio juvenil puede llevar el apellido de “auténtico” cuando no se confina a dirigir actividades o programas que son vistos como un fin en sí mismo, sino cuando estos se usan intencionalmente para alcanzar objetivos espirituales en la vida de los jóvenes.
¿Cuál es el origen del Ministerio Juvenil Auténtico?
No es un secreto para nadie que por las lamentables consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, el mundo dio un vuelco abismal en casi todas las esferas de la vida humana. Una de las más afectadas, desde la perspectiva cristiana, fue la relacionada con los conceptos y practicas morales. Especialmente, la generación nacida alrededor de 1945, conocida como “la generación rebelde de los años sesenta”, quienes movidos por un sincero deseo de cambiar la hipocresía reinante de su tiempo, justificaron el fin con medios equivocados. Entre otras cosas, iniciaron la llamada “Revolución Sexual”, desafiando los valores morales aceptados hasta entonces en la sociedad, promovieron el libertinaje sexual bajo su frase popular: “Hagan el amor y no la guerra”. También se notó un aumento considerable en el consumo de alucinógenos[1] y la extravagancia en las modas.
Aunque no se conoce con toda
exactitud el origen del concepto de “ministerio juvenil”, tal y como lo
conocemos hoy, si se sabe que todos estos cambios negativos en la cultura
juvenil preocuparon en gran manera a las iglesias, especialmente de los Estados
Unidos, las cuales temiendo por el futuro de sus jóvenes, entendieron que era
necesario un trabajo más profundo y específico con estas edades. En el libro
“Los Fundamentos del Ministerio Juvenil Sano” se expresa de la siguiente
manera:
“El ministerio juvenil ha sido la respuesta de la iglesia a
la crisis de una generación de jóvenes que se encuentra atrapada en la
corriente de la cultura. La iglesia se dio cuenta que necesitaba una atención
especializada, así que creó el ministerio juvenil para ayudarlos a desarrollar
los recursos necesarios para sobrevivir a esta cultura como hijos de Dios”[2]
Cabe agregar que algunos
sostienen que el concepto de ministerio juvenil fue desarrollado por Torrey
Johnson, un evangelista de los años cuarenta. Otros le dan el crédito a Jim Rayburn
el fundador de Young Life, quien afirma que el ministerio juvenil se trata de
que un adulto construya una relación con un joven. También se puede destacar el
nombre de Mike Yaconille, quien se conoce como “el padre del ministerio juvenil
profesional”.[3]
¿Por qué es necesario un Ministerio Juvenil Auténtico en las iglesias locales?
Pensando
en los cambios nocivos que ha venido experimentando la cultura juvenil a partir
de la década del sesenta, nos preguntamos: ¿Estos cambios fueron solamente algo
circunstancial? ¿Fueron cambios exclusivos de aquellos años difíciles y después
todo regreso a la “normalidad”? ¿Ya no es necesario o importante desarrollar en
las iglesias un ministerio juvenil especializado? La verdad es que la historia
demuestra lo contrario.
Los sociólogos norteamericanos, han estudiado y clasificado a las distintas generaciones que han venido después de la década del sesenta. Entre las más conocidas se encuentra la llamada “Generación X”, que son los nacidos entre el sesenta y el ochenta. Se denominaron así por la falta de identidad que los caracterizó, el desempleo, la inseguridad de un futuro mejor, todo lo cual se traduce en un aumento de la delincuencia, la corrupción, la inmoralidad, entre otros flagelos. A los siguientes se les ha llamado “Generación Y” o ·Generación del Milenio”. Estos representan una mejoría generacional en varios aspectos al poseen una personalidad crítica, un pensamiento estratégico, ser más sociables, conceder gran importancia a su autonomía y libertad, y al mismo tiempo son respetuosos de la opinión de los demás, entre otras características. Sin embargo, la generación que les siguió conocida como “Generación Z” (actuales adolescentes y jóvenes), se definen por la total desorientación moral y el aumento continuo de la violencia, un marcado desinterés en los estudios formales y las carreras profesionales, así como una visible falta de comunicación con las personas de su entorno. A pesar de esto, debemos destacar que cuenta con un coeficiente intelectual que sobrepasa a las anteriores generaciones según un estudio realizado en la Universidad de Stanford (EE. UU.), poseyendo grandes habilidades en el manejo de la tecnología y el mundo digital.
Los
analistas destacan que sobre los adolescentes actuales existe una fuerte influencia
negativa de:
§ La
superabundancia de sexo en la televisión y el internet.
§ La
superabundancia de sexo en las letras de las canciones de POP.
§ La
desesperanza ante el futuro de las clases humildes.
§ La falta
de atención de los padres.
La realidad es que los adolescentes tienen una serie de necesidades espirituales, emocionales, intelectuales, físicas y sociales propias de su edad. Aunque sabemos que los padres son los responsables de guiar a sus hijos y ayudarles a satisfacer sus necesidades reales, esto no anula al ministerio juvenil de la iglesia local. El ministerio juvenil auténtico trabaja en armonía con los padres, siendo un apoyo a su sagrada labor y puede entrenar a aquellos que no saben cómo enfrentar esta etapa en la vida de sus hijos. También juega un papel importante con los adolescentes cuyos padres no son cristianos y dentro de estos de manera especial, aquellos que no muestran interés alguno en la formación de sus hijos.
Ahora
bien, no podemos dar por sentado que conocemos cuales son las necesidades de
nuestros adolescentes, usando como argumento que nosotros pasamos por esa etapa
de la vida. Los estudiosos de la cultura juvenil nos dicen que esta cambia cada
seis meses aproximadamente. Por esa razón, se hace necesario investigar sus
necesidades, sus preocupaciones y sus luchas para poder ministrarles con
efectividad. Esto constituye una prueba más de la importancia de un ministerio juvenil
auténtico en la iglesia local.
Conclusión
Por todo lo anterior nos atrevemos a afirmar, que nunca como en nuestros días ha sido tan importante que la iglesia atienda de manera especial a los adolescentes y jóvenes. La realidad es que detrás de estos enérgicos y bulliciosos muchachos, hay incomprensiones familiares, presiones escolares y muchísimas tentaciones que vencer, pero al mismo tiempo hay un potencial inimaginable, que en las manos de Dios puede ser la generación que alcance a nuestras naciones con el evangelio de Cristo.
¡Adelante, los adolescentes están esperando! Comience ya a implementar un ministerio juvenil auténtico en su iglesia.
Nos gustaría que nos dejara un comentario para continuar mejorando juntos la efectividad ministerial.
[1] Sustancias químicas que perturban el
sistema nervioso central. Afectan al sistema neuroquímico del cerebro,
produciendo trastornos del pensamiento y alteraciones de la percepción
sensorial con alucinaciones. Además producen euforia, verborrea, hiperactividad,
alteraciones de la percepción del tiempo y el espacio, confusión mental y
experiencias místicas, desencadena ataques de pánico, reacciones sicóticas e
incluso intento de suicidio, etc. "Alucinógenos."Microsoft®
Student 2009 [DVD]. Microsoft Corporation, 2008.
[2] Mike Yaconelli, Lucas Leys y Mark
Oestreicher, Los Fundamentos del
Ministerio Juvenil Sano (Miami, Florida: Editorial Vida, 2007), 7.
[3]
Ibid., 8.
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