Últimos días en el pastorado de una iglesia
Finalizar bien el pastorado en una iglesia es tan vital como haber tenido un exitoso ministerio durante todo el tiempo en ese lugar. Por el contrario, un final funesto arroja por tierra todo lo bueno que en las manos del Señor pudimos hacer por año en esta congregación. Ante esta realidad, merita la pena hacer todo lo que esté a nuestro alcance por cerrar con broche de oro nuestro ministerio pastoral en dicha iglesia. Es por esta razón que les comparto 7 consejos prácticos que pueden ayudarnos en tal sentido:
· Solamente anuncie a la iglesia que va a concluir su pastorado allí cuando está firmemente decidido hacerlo
Algunos plantean a la congregación que están pensando en finalizar pero nunca
terminan realmente, lo cual no es saludable para el pastor ni para la iglesia. Esto
puede ser interpretado de diferentes maneras como falta de amor a la iglesia, desinterés
en seguir sirviendo o una estrategia de manipulación para lograr sus caprichos.
Generalmente cuando esto sucede los miembros comienzan a perder confianza en el
pastor y las buenas relaciones se ven afectadas.
· Anuncie su salida con solemnidad, respeto, amor y gratitud a la iglesia que le permitió ser su pastor
Bajo ningún concepto de rienda suelta a manifestaciones de amargura, disgusto e insatisfacciones, pues si lo hace dejará una huella muy triste en los corazones de sus hermanos en la fe, lo cual no es bueno ni justo después de tanto años sirviendo en ese lugar. Una actitud de este tipo puede afectarle hasta el punto de que otras iglesias decidan no invitarle como su pastor. Siempre será más valioso para el reino de Dios dejar una huella de amor sincero en la vida de sus hermanos. Tenga en cuenta que la Biblia nos exhorta a hablar lo que es para la necesaria edificación.
· Recuerde que la iglesia sufre con la partida de su querido pastor, es bueno dejarles palabras de aliento, consejos y orientación para enfrentar esa nueva etapa
Es común que los miembros de la iglesia se sientan confundidos, con dudas y temores ante tal anuncio, por lo cual el propio pastor puede ser un canal de consuelo y orientación ayudándoles a entender la voluntad de Dios en este asunto. Cuan hermoso es ver a un pastor cumpliendo dignamente su responsabilidad pastoral hasta el último minuto en su amada iglesia.
· Bríndele asesoría y acompañamiento en el proceso de encontrar a un nuevo pastor si la iglesia lo desea
Permítanme enfatizar la frase “si la iglesia lo desea”, pues no es correcto forzar nuestra participación en tal proceso como pastor saliente. Aquellos que han violado este principio ético y eclesiológico han dejado una estela desagradable en la vida de muchos miembros, y en ocasiones han estimulado involuntariamente una división en el cuerpo de Cristo. Por esta razón, su rol en el proceso es de orientación y canalización si fuere necesario con el nuevo pastor, pero la decisión final es de la iglesia bajo la dirección del Espíritu Santo.
·
Deje todo organizado, inventariado y documentado para que sirva de guía al nuevo pastor
Es saludable dejar un documento donde describa todo lo relacionado a la organización y funcionamiento de cada área y/o ministerio de la congregación. También un inventario de los bienes materiales que la iglesia posee al momento de su partida, debidamente firmado por los responsables de cada área y por usted. Proceda de igual manera con la tesorería, por medio de informes claros y el arqueo correspondiente. La experiencia demuestra que este importante trabajo no sólo orienta al nuevo pastor, sino cuida su testimonio en un momento tan delicado como la salida de una iglesia.
·
Mantenga buenas relaciones afectivas con los hermanos de la iglesia que usted pastoreó, pero no ceda a la presión de atenderles pastoralmente si ya tienen un nuevo pastor
Este es un principio de la ética pastoral que seguramente usted ya conoce, sin embargo, muchas veces se incurre en este error por la presión que los queridos hermanos ejercen sobre su pastor anterior. Usualmente cuando algún miembro es amonestado o tiene una discrepancia con el nuevo pastor, recurre a su antiguo en busca de consejo y palabras de ánimo. En este caso, asumir una responsabilidad pastoral con dichos miembros, es insultante al pastor oficial de la iglesia. Lo que procede ante esta situación es referir con amabilidad a los miembros a su nuevo pastor para que resuelvan con amor y humildad el altercado producido. Todo lo anterior implica no escuchar comentarios negativos sobre el nuevo pastor, ni dar criterios al respecto.
· Mantenga buenas relaciones con el nuevo pastor de la iglesia que usted pastoreo
Esta actitud habla del buen testimonio cristiano de ambos pastores y es
edificante para la iglesia. De hecho, necesitamos fortalecer las buenas
relaciones entre los colegas del ministerio pastoral para poner en alto tan
decoroso ministerio y glorificar el nombre de nuestro Dios.
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