Profundo compromiso para dar ejemplo


 

Por Abdiel Morfa

   

Nehemías 9:38; 10:1-29


Recordamos que el pueblo hizo una autoevaluación de sus vidas y de la historia nacional que les llevó a conocer más profundamente a Dios, a ellos mismos, y a rectificar el rumbo para ajustarse a lo establecido por el Señor en su Palabra (ver más en el siguiente enlace: Evaluando nuestra vida). Tal auto-examen derivó en la decisión de firmar un serio compromiso de ser fieles a Dios desde ese momento. En el capítulo diez se  describe el momento especial en que firmaron dicha promesa de reconsagración.


El primer versículo comienza diciendo: “Los que firmaron fueron…”. Es importante destacar que independientemente de la larga lista de los firmantes, el primero en dar el paso al frente fue el propio Nehemías, seguido de los sacerdotes, los levitas, los cabezas del pueblo y finalmente el resto de los habitantes. También llama la atención que se menciona a los hijos e hijas entre los tantos que firmaron.


El hecho de que las personas más maduras del pueblo fueron los primeros en firmar y después le siguieron todos los demás, incluyendo a las nuevas generaciones que venían creciendo entre ellos, nos recuerda un importantísimo principio que no podemos pasar por alto: Es necesario un compromiso profundo con el Señor delante de las nuevas generaciones para un ministerio efectivo. ¿Por qué es de vital importancia tal compromiso profundo con el Señor delante de las nuevas generaciones? Entre otras cosas, porque un compromiso profundo con el Señor sirve de ejemplo a las nuevas generaciones para motivarlos a asumir al menos cuatro actitudes:

 


1.     Un compromiso profundo motiva a comprometerse a las nuevas generaciones

 

Sin duda alguna, los hombres más maduros espiritualmente de la nación en esos momentos fueron los primeros en firmar. La lista fue encabezada por Nehemías y después firmaron veintidós sacerdotes, diecisiete levitas, cuarenta y cuatro jefes o cabezas del pueblo, y entonces el resto del pueblo hasta los hijos e hijas. La realidad es que si estos hombres mencionados no hubieran sido los primeros, difícilmente alguien más se hubiera dispuesto a firmar un compromiso tan serio.

 

Siempre que los cristianos maduros se comprometen con toda seriedad con el Señor y su obra, aunque no todos los sigan, hay mayores posibilidades que los demás se motiven también. Esto me hace recordar que si actualmente hay en nuestra patria un grupo de pastores, misioneros y otros líderes en las iglesias, firmemente comprometidos con el Señor y su obra, se debe en gran medida a que Dios nos permitió conocer y recibir de la generación que nos antecedió su ejemplo de entrega y compromiso profundo. Esta fue una generación que enfrentó todo tipo de retos, dificultades, contratiempos y persecuciones, pero continuaron haciendo la obra del Señor con total entrega y fidelidad. Agradecemos al Señor por tan inolvidable ejemplo de compromiso de estos hombres y mujeres de Dios.


 

2.     Un compromiso profundo motiva a las nuevas generaciones a obedecer

 

(v.29-31). Como vimos anteriormente, el pueblo había acabado de rectificar el rumbo abandonando el pecado, despidiendo a sus mujeres paganas tomadas en tierras lejanas, movidos por el ejemplo y la entrega de Esdras. Esto sucedió en medio de un clima de profunda conmoción y lágrimas. Por esta razón, cualquiera pudiera pensar que ellos actuaron impulsados por lo que algunos llaman “emocionalismo”. Ciertamente, algunos creyentes hacen “compromisos” con el Señor movidos por las sobre exaltadas emociones del momento, pero al cabo de varios días podemos ver que nada ha cambiado en sus vidas. Simplemente olvidaron con facilidad lo que prometieron en medio de lágrimas. Ahora bien, esto no fue lo que sucedió en aquel precioso día que describe el pasaje. El pueblo fue más allá de simplemente firmar un documento en medio de una ola de emociones descontroladas, sino que se reunieron para repasar con toda seriedad todos los aspectos en que habían fallado y jurar que andarían de ahora en adelante en la Ley de Jehová. Si Nehemías, y demás hombres maduros, no hubieran dado el paso al frente ¿Las nuevas generaciones se dispondrían a firmar el compromiso?

 


3.     Un compromiso profundo motiva a las nuevas generaciones a cooperar

 

(v.32,33). La Ley establecía que cada uno debía cooperar con medio siclo; sin embargo, ellos hablan de dar solamente un tercio de siclo. Esto se debía a que el pueblo estaba sumido en la extrema pobreza a causa del cautiverio, los impuestos, las guerras y las derrotas. Por tal razón, no podían llegar a lo establecido. ¿Por qué destacamos esto? Simplemente porque el pueblo bien pudo comenzar a justificarse recordando su precaria condición. Tal vez, pudieron protestar diciendo que su entrega era espiritual, pero no podían hacerlo desde el punto de vista material. Contrario a esto, su compromiso era tan auténtico y profundo que se fueron por encima de sus muchas necesidades con tal de obedecer a Dios y dar lo mejor que podían para Él.

Debemos destacar que la cantidad no era lo más importante, sino la actitud y disposición de sus corazones a ser fieles al Señor hasta en los detalles más pequeños. ¿Cómo pudo este pueblo adoptar una actitud tan madura y espiritual? ¿Este pueblo que unas horas atrás andaba en terribles pecados delante de Dios? Sin dudas, una de las motivaciones principales fue el ejemplo que recibieron de los hombres maduros de su nación. 


 

4.     Un compromiso profundo motiva a las nuevas generaciones a permanecer

 

(v.39b). El capítulo cierra con broche de oro con la frase: “…y no abandonaremos la casa de nuestro Dios”. La historia bíblica y del cristianismo, así como la experiencia cotidiana de cada hijo de Dios, demuestran fehacientemente que cuando una generación de creyentes es ejemplo de entrega y fiel compromiso con el Señor, la siguiente generación tiene mayores posibilidades de permanecer fielmente a pesar de todas las pruebas que les toque enfrentar.

 

En resumen, es necesario un compromiso profundo con el Señor delante de las nuevas generaciones para un ministerio efectivo. Afirmamos tal principio, porque este servirá de ejemplo a las nuevas generaciones motivándolas a comprometerse, a obedecer, a cooperar, y a permanecer en el Señor y su obra hasta el final.

 



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