Los ladrones del tiempo





Por Abdiel Morfa


Si queremos aprovechar bien el tiempo, es necesario controlar o eliminar aquellos factores que atentan contra el buen aprovechamiento del mismo. Entre otros, podemos identificar los siguientes:


1.       Tratar de hacer demasiadas cosas al mismo tiempo 

     Frecuentemente encontramos personas que piensan que, si realizan varias actividades a la vez, estarán aprovechando mejor el tiempo. La realidad dice lo contrario, pues generalmente la tendencia es a diluirse en muchas actividades, no hacer ninguna con excelencia y terminar muy pocas.


2.       Contraer muchas responsabilidades al no saber decir “no”

    Si asumimos más y más responsabilidades, terminaremos paralizado, y siendo informarles, al no poder lograr cumplir todos los compromisos contraídos. Simplemente, se puede decir “no” con amabilidad y respeto. La mayoría de las personas agradecen la sinceridad, la cual siempre es mucho mejor que un “si” que nunca se cumplirá.  


3.      Perder los tres elementos (o alguno de ellos) imprescindibles para avanzar

   (1) Perder la concentración. Es imprescindible aprender a concentrarnos en la labor que estamos realizando, a pesar de tener muchas preocupaciones en nuestra mente. (2) Perder de motivación. Nada nos vuelve más lentos, y hasta nos detiene, que la pérdida de motivación en la tarea que tenemos por delante. Deberíamos volver a pensar en los beneficios que producirá el resultado de nuestra labor, para encontrar formas creativas que incentiven nuestra motivación. (3) Perder o no tener disciplina. Generalmente, los grandes logros en la humanidad, en cualquier esfera de la vida humana, estuvieron precedidos de perseverancia y disciplina.


4.       Tener objetivos y prioridades mal enfocados  

    Es sumamente necesario planear nuestros objetivos, metas y planes cuidadosamente, para no estar trabajando en vano y sin resultados. Si nuestros objetivos y prioridades están mal enfocadas, seguramente las cosas saldrán mal y tendremos que comenzar todo nuevamente. 


5.       Practicar una comunicación deficiente o poco clara

   Un refrán popular expresa: “cuentas claras conservan amistades”. La realidad es que los problemas de comunicación repercuten en trabajos de baja calidad o resultados deficientes. Esto al final se traduce en invertir más tiempo en corregir todos los errores que eran evitables. Es mucho más sabio practicar una comunicación fluida y clara, para que las cosas se hagan bien desde el primer momento y con esto redimir mejor el tiempo.


6.       Mantener un escritorio o puesto de trabajo desorganizado

   Si tienes una oficina para realizar tu trabajo, o manejas muchos papeles en el mismo, es necesario mantenerlos organizado en todo momento. La tendencia más común es dejar que todos los papeles se acumulen y después no podemos encontrar ninguno cuando lo necesitamos, lo cual nos hace perder un tiempo precioso. Por tal razón, es bueno dedicar tiempo periódicamente a organizar nuestro escritorio y papeles. Los documentos que ya caducaron deben ser eliminados y los que mantienen su vigencia debidamente clasificados y archivados.


7.       Sufrir interrupciones constantemente

    Estas pueden ser personales o vía telefónica. Es importante trazar en el trabajo una política de interrupciones bien definidas que todos puedan conocer. Se deben tomar medidas para disminuir las mismas al máximo, como el uso de un(a) asistente que pueda tomar los recados e información que son para nosotros. También usar locales y horarios que favorezcan la tranquilidad para realizar nuestra labor. Al tratar el tema de las interrupciones se hace necesario aclarar dos puntos vitales: (1) En nuestra cálida-relacional es más difícil trazar una estrategia para disminuir las interrupciones al máximo. En tal sentido, se debe ser muy cuidadoso de no herir los sentimientos de aquellos que nos rodean, pues las personas siguen siendo más importante que nuestros planes de trabajo. (2) En el ministerio cristiano hay que estar conscientes que las interrupciones pueden ser una oportunidad para servir a las personas en sus necesidades. Hay que buscar un equilibrio saludable en el manejo de las interrupciones, pues algunas de ellas pueden ser parte de la dirección de Dios para nosotros.


Que el Señor nos ayude a contralar los ladrones del tiempo, para hacer el mejor uso de tan preciado regalo de su gracia. 


Nos gustaría que nos dejara un comentario para continuar mejorando juntos la efectividad ministerial.








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