Corrigiendo las malas actitudes para avanzar
Por Abdiel Morfa
Nehemías 5:1-6
En el capítulo cuatro de Nehemías estuvimos recordando como el pueblo de Dios siempre ha tenido enemigos malvados que intentarán frenar la obra, y que estrategia propuso Nehemías para salir victoriosos y continuar en la importante labor de la reconstrucción de los muros de Jerusalén (puede ver la meditación anterior en este enlace: Velando frente al enemigo para vencer). Sin embargo, en el capítulo cinco se nos muestra que lo que no pudo lograr los enemigos externos, comenzaba a lograrlo las luchar internas dentro de los propios judíos.
Tales situaciones estaban ocurriendo por ciertas malas actitudes e injusticias de algunos. Debido a este tenso escenario la obra se paraliza momentáneamente, porque cierto sector del pueblo reclama justicia ante estos males. Esto me recuerda a mi profesor de teología, el Dr. Leoncio G. Veguilla Cené, que solía decirnos: “la lucha más difícil de librar es cuando el campo de batalla es nuestro propio patio”. Esta también era la preocupación del apóstol Pablo mientras se despedía en Mileto de los ancianos de la iglesia de Éfeso (Hch.20:26-31).
Por todo lo anterior, destacamos hoy el siguiente principio: Es sumamente importante corregir las malas actitudes para ser efectivos en el ministerio cristiano. Ahora bien, ¿Qué podemos hacer para corregir las malas actitudes que nos ayudarán a ser más efectivos en el ministerio? En este capítulo encontramos tres pasos esenciales para lograrlo.
1. Identificar las malas actitudes
Específicamente, Nehemías al escuchar los reclamos del pueblo se enojó en gran manera, y les recordó aquellos líderes que se habían apartado del temor de Dios. (v.9). Él conocía que lo que estos hombres estaban haciéndole a sus hermanos era contrario a lo establecido por Dios en su Palabra. Básicamente, aquellos dirigentes estaban violando tres aspectos de la ley de Dios:
Prestando dinero a sus hermanos judíos para cobrarle intereses en la devolución (v.7) (Puede examinar lo que plantea la Escritura al respecto en los siguientes pasajes: Éx.22:25; Deut.23:19-20; Lv.25:35-38).
A causa del hambre y la pobreza que visitó al pueblo comenzaron a esclavizar a sus propios hermanos judíos como un medio para pagar lo que debían (v.5,8). A pesar de que este acto estaba claramente prohibido en la ley (Lv.25:39-43).
Estaban dando un mal ejemplo delante de las naciones gentiles (lo que hoy llamamos “un mal testimonio”).
En estas prácticas pecaminosas estaban implícitas otras malas actitudes como la falta de misericordia, el egoísmo, la avaricia, codicia y la ociosidad, pues estaban explotando a sus hermanos aprovechándose de su pobre condición. Tristemente estaban viviendo de los intereses mal habidos sin trabajar ni aportar nada útil en un momento tan crucial para su nación.
2. Corregir las malas actitudes de una manera correcta
La realidad es que cuando algo anda mal en el pueblo
de Dios no existe nada más necesario, saludable y bíblico que una disciplina
que ponga orden a las cosas. Ahora bien, en la corrección de las malas
actitudes o disciplina es muy importante la manera en que se hace. A través de
este capítulo podemos ver que Nehemías enfrentó a los que andaban mal adoptando
varias actitudes correctas:A pesar de la indignación que tales abusos e injusticias provocaron en este hombre de Dios, se detuvo primeramente a meditar antes de hablar (v.6). Uno de los grandes problemas que enfrentan muchos cristianos es actuar impulsivamente, o por reacción, sin detenerse a meditar que dice Dios sobre este asunto. No se tiene en cuenta como quiere Él que actuemos ante tales circunstancias, como debemos enfocar nuestras palabras y qué consecuencias puede traer un mal manejo de esta situación.
La forma en que Nehemías expresó palabras de reprensión llevan implícitas varias actitudes importantes bien equilibradas entre sí como firmeza, sinceridad, claridad, respeto y amor (v.6-11). El apóstol Pablo hizo una importante exhortación sobre este tema específico en Gálatas 6:1-2. Por cierto, muchísimos años antes
Nehemías aplicó este principio pues en medio de la reprensión a los demás se consideró a sí mismo (v.10).
Entonces, sucedió lo que en un gran porciento de las ocasiones sucede cuando se identifican y corrigen de manera correcta las malas actitudes, los resultados fueron favorables. Es decir, que aquellos dirigentes adoptaron una actitud humilde abandonando tales prácticas, comprometiéndose a no hacerlo más y devolviendo al pueblo lo que le habían cobrado injustamente (v.12,13).
3. Dar ejemplo de buenas actitudes
Estamos de acuerdo con las dos frases populares siguientes: “Un buen ejemplo vale más que mil palabras” y “Sus hechos hablan tan alto que no me dejan escuchar sus palabras”. Nehemías y su equipo de liderazgo además de ser los primeros en quitar el gravamen sobre el pueblo, se esforzaron en dar ejemplo de manera intencional a los judíos (v.14-19.). Esto nos recuerda al Señor Jesucristo, nuestro ejemplo supremo, cuando lavó los pies de sus discípulos y les dijo: “Vosotros me llamáis maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Jn.13:13-15).
En resumen, es sumamente importante corregir las malas actitudes para ser efectivos en el ministerio cristiano. Esto puede lograrse siguiendo tres pasos muy sencillos pero efectivos: (1) Identificando cuáles son realmente las malas actitudes. (2) Corrigiendo de una manera y con un espíritu correcto. (3) Dando ejemplo de buenas actitudes que los demás puedan imitar en sus vidas.
Buen estudio, ..
ResponderEliminarMuchas gracias. Bendiciones.
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