Resolviendo los conflictos en el equipo de trabajo


 

Por Abdiel Morfa


Los conflictos han acompañado a los seres humanos desde tiempos inmemoriales. Lo cierto es que donde quiera que exista un grupo de personas que interactúan entre sí, en mayor o menor medidas, surgirán conflictos.

 Debemos aclarar que tener diferencias de criterios con los demás miembros del equipo, algo completamente corriente, no deriva necesariamente en un conflicto. Estos se producen cuando se rompe la armonía entre las relaciones y se produce algún tipo de desequilibrio entre las partes involucradas. 

 Muchas pueden ser las causas que originan conflictos entre los miembros de un equipo. Estos pueden surgir por necesidades insatisfechas, expectativas que no se cumplen como se esperaba, falta de organización y disciplina en la organización, malas actitudes de algunos miembros y muchos más.

 Aunque parezca extraño, los conflictos pueden llegar a ser un aliado si se manejan y resuelven satisfactoriamente. Estos pueden redundar en un crecimiento para el equipo en general y sus integrantes en particular.  

 
Dos consejos para manejar los conflictos de manera exitosa:


1.      Resuelva el conflicto por medio de un proceso

     Cualquiera sea el caso, nunca es saludable para las personas y la organización tratar de resolver un conflicto de modo brusco. Por regla general, se siguen varios pasos en el proceso:

a.     Confrontar. Manteniendo una postura justa y respetuosa, es importante enfrentar el problema con toda honestidad. Nada se resuelve tratando de negar o evadir el conflicto.

b.      Analizar. Se debe prestar atención minuciosamente al criterio de cada parte involucrada en el proceso, valorar las actitudes asumidas por cada una, así como estudiar todos los hechos concretos que se dieron en medio del conflicto. Es imposible hacer una apreciación correcta de la situación, y ser justo en la decisión final, sin este análisis profundo y desprejuiciado.

c.     Discutir todas las posibles soluciones. Es bueno tener más de una posible solución siempre que la situación lo permita, para tomar la más adecuada.

d.    Aplicar la mejor solución al alcance.

e.     Reconciliar las partes en conflicto. El conflicto termina cuando se produce la reconciliación. Esto puede tomar algo de tiempo, pero es importante que ocurra para el bien de todos.

 

2.     Adopte una buena actitud a la hora de solucionar el conflicto

a.      No se trata de ganar una discusión personal, sino de solucionar el conflicto.

b.     No es bueno permanecer discutiendo polarizadamente sobre acontecimientos pasados, sino debemos mirar hacia adelante para restaurar las relaciones.

c.     No es bueno tratar de culpar todo el tiempo a los demás, sino asumir nuestra responsabilidad y errores.

d.    No es bueno tratar de solucionar el problema precipitadamente, sino cuando tengamos una amplia información, una idea clara del asunto y hayamos reflexionado juntos en la solución.

e.     No trate de imponer la solución, sino trabajen intensamente hasta lograr un consenso. 


Resolver los conflictos de una manera apropiada entre los miembros de un equipo de trabajo ministerial, o entre los miembros de una iglesia en sentido general, es de vital importancia para cumplir exitosamente la misión que nos ha sido encomendada. Esto se debe a la estrecha relación existente entre la solución de los conflictos y la unidad que debe caracterizar al pueblo de Dios. Recordamos las palabras de Cristo en su oración intercesora por sus seguidores: “… que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste… que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste” (Jn.17:21,23). El autor Warren W. Wiersbe comentando este pasaje de Cristo, escribió: “Una de las cosas que más impresiona al mundo es la manera en que los creyentes se aman y viven juntos en armonía…el mundo no puede ver a Dios, pero sí puede ver a los creyentes; y lo que ven en nosotros es lo que creerán en cuanto a Dios. Si ven amor y unidad, creerán que Dios es amor. Si ven odio y división rechazarán el mensaje del evangelio”.[1] 


Solucionemos los conflictos dentro de nuestros equipos de manera adecuada en el nombre del Señor, para avanzar unidos en el cumplimiento de la Gran Comisión.  


Nos gustaría que nos dejara un comentario para continuar mejorando juntos la efectividad ministerial.

   

 



[1] Warren W. Wiersbe, Transformados en Cristo. Juan 13-21 (Sebring, Florida: Editorial Bautista Independiente, 2008), 82-83.


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